Los rincones nos permiten organizar el aula en pequeños grupos, cada uno de los cuales realiza una tarea determinada y diferente. Pueden ser de trabajo o de juego.
Según el tipo de actividad algunos rincones necesitan ser dirigidos por la educadora. En otros rincones los niños/as pueden funcionar con bastante autonomía.
Organizados en grupos reducidos, los niños y niñas aprenden a trabajar en equipo, a colaborar y a compartir conocimientos. Los rincones también potencian su iniciativa y el sentido de la responsabilidad.
Las educadoras planifican las actividades de manera que cada niño/a vaya pasando a lo largo de un período de tiempo (semana, quincena,...) por todos los diferentes rincones de trabajo. Es positivo que haya más de una educadora o más de una asistente en el aula de modo que cada uno se encargue de atender unos rincones concretos.
Trabajar por rincones nos permite dedicar una atención más individualizada a cada niño/a, planificando actividades de aprendizaje adaptadas a sus conocimientos previos.
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